JAQUE DE REINAS
Imaginemos una jugada imposible, aquella en la que la dama blanca y la dama negra se conjurasen para revolverse contra el Rey (es indiferente si blanco o negro), para ponerlo en aprietos en un momento en el que disfruta del apacible descanso de un enroque bien cimentado.
Imaginemos al pobre rey enrocado, ajeno a la posibilidad de que las reinas no solo se conjuren contra él, sino que se salten incluso los límites del tablero y lo aborden incluso saliendo de la cuadrícula si es necesario.
Pero por mucho que imaginemos esta metáfora tampoco parece acoplarse exactamente a la curiosa realidad que está en boca de todos estos días. Las imágenes de las dos reinas forcejeando a cuenta de las infantas frente a un atribulado rey que no gana para disgustos no parece tanto una conjura de ambas para ponerlo en jaque sino algo mucho más mundano: madre y abuela en plena disputa por su participación en el mundo de las pequeñas de la casa y otros también mundanísimos desacuerdos familiares, que seguramente tienen que ver con los cuñados díscolos, el abuelo cebolleteante, el choque de mandatos familiares y toda una serie de cosillas de esas que nos pasan a todos también, solo que sin salir por la tele y sin trabajar de símbolos andantes.
Porque este último parece ser un problema de cierta importancia: cuando tu trabajo consiste en simbolizar, la imagen lo es todo, la apariencia lo es todo, el mensaje que trasladas a la gente lo es todo.
MODERN FAMILY
Ahora bien, si de lo que se trata es de acercar la institución al pueblo, la jugada no puede ser más redonda. Problemas humanos como los que vemos en nuestros despachos de mediación, en nuestros despachos de abogados, en nuestras consultas de psicólogos, en nuestras reuniones con los padres de nuestros alumnos, en nuestros vecinos y vecinas y también bajo nuestros propios techos.
Que sí, que es muy cutre que le pase a la familia real porque contradicen precisamente su primera función, la de representar y simbolizar unas determinadas cosas, pero menos quejarnos y más ver la ocasión, que como se dice a veces la pintan calva: a estas insignes personas hemos de ofrecerles mediación.
En otras épocas estas cosillas se arreglaban a lo exagerao, provocando cismas en la iglesia o cortando por lo sano con expeditivos métodos incompatibles con la vida de algunos de los actores del conflicto. Pero afortunadamente los nuevos tiempos ofrecen a su vez nuevas tecnologías para afrontar estos desarreglos reales: Insisto, todos los mediadores deberíamos estar ya haciendo cola para ofrecer nuestros servicios, está en juego la felicidad y la concordia de personas de avanzada edad, de no pocos menores y menoras y, por si fuera poco, de la primera institución del estado.
MEDIACIÓN COMUNITARIA, MEDIACIÓN FAMILIAR, MEDIACIÓN HIPOTECARIA Y AHORA, PARA TODOS USTEDES….. MEDIACIÓN REAL!
Él o la que lo consiga lo peta. Llevar a cabo un proceso de mediación familiar con una famila Real y ser los primeros en hacerlo abre un nicho infinito para una clientela interesantísima: reyes, reyas, nobles, noblas y en general podríamos poner el límite en toda aquella persona abolengada, que además tienen dineros.
Coñas marineras a parte el tema tiene una tremenda enjundia: me gusta el doble sentido de mediación real. La r puede ser mayúscula o minúscula y eso me gusta. Y me gusta porque significa que, como venimos defendiendo en este blog, al final todos somos personas y nos pasan cosas de personas, recojamos cartones o toisones, en lo fundamental las pasiones que nos gobiernan, los miedos que nos atenazan, las prisas que nos corroen, las angustias que nos paralizan y las cosas que de verdad nos importan no son tan diferentes. Por eso la mediación o es universal o no es. Por eso la mediación como forma de gestión de conflictos es un método tan chulo: el único requisito para poder usarla es ser una persona y querer intentar resolver la disputa con tus propios medios con la ayuda de un tercero.
Y sí, no es nada coña que a esta familia real/Real, les vendría de fábula iniciar un proceso de mediación. Vamos a fantasear un poco.
PRIMER CASO DE MEDIACIÓN MONÁRQUICA
–Felipe: Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida conyugal. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a ti. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en la prensa, con la pretensión final de…
–Leti: Felipe, aunque lo que te vaya a decir sea una paradoja irresoluble, sé espontáneo. Por una vez.
– Felipe: El mayordomo Real ( que no es Jeffrey del Príncipe de Bel-Air) me ha sugerido de manera muy cortés que podríamos valorar un método muy interesante de arreglar malos entendidos y disputas entre personas que han de seguir teniendo relación en el tiempo. Una especie de embajador de buena voluntad que ejerce de pacificador entre personas que disputan. Es ideal para las familias. Cariño, te veo muy afectada y disgustada por este asunto de la foto. Y mamá me ha dicho que también se siente muy triste. Tenemos que hacer algo.Tenéis que hacer algo. Además ya has visto cómo de confundidas están las niñas. Estoy muy enfadado con Leonor, tú crees que es forma de sacar el brazo de su abuela del hombro!!!???
–Leti: Hombre, es que ya sabes que tu madre se pasa.
–Felipe: Si la viesen más a menudo no iría desesperada detrás de ellas. Por Dios Letizia. Esto se ha de acabar!
SILENCIO…..
–Letizia rompe a llorar: Estoy harta, a veces pienso que ya no puedo más!!! Tú sabes todo el esfuerzo que he hecho para poder adaptarme a este papel???? Tú sabes que todo el mundo me mira con lupa desde hace más de 15 años y que no puedo cometer el más mínimo error???? Qué os habéis creído?? Me estás criticando como madre??? Sí, soy humana, y es cierto que igual no tuve que tener esa reacción. Y nuestras hijas también lo son. Pero tu señora madre sabe PERFECTAMENTE que no quiero que se hagan fotos de las niñas sin que estén supervisadas. Se lo he dicho un millón de veces y ha aprovechado la ocasión para salirse con la suya. Era una trampa!!
-Felipe: Era una trampa?? Tú te estás oyendo?? Ni se te ocurra hablar en esos términos de mi madre. No lo voy a consentir
SILENCIO TENSO…
-Leti (con un hilo de voz): Y ya has visto las reacciones… Estoy desolada.
-Felipe: Yo también lo estoy. Y no sé que hacer.
-Leti (con otro hilo de voz): no sé si podremos superar esto…
-Felipe (viniéndose arriba): Son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestra familia y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios familiares son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de todos nosotros de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo esta familia la última década. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con determinación. En ese camino, en esa familia mejor que todos deseamos, estará también mi madre.
-Leti: otra cosa que no soporto es que ni en casa te olvides del trabajo. A veces me siento tan sola…
Don Felipe y Doña Letizia, quieren arreglarlo pero no saben cómo. Entienden que necesitan ayuda. A veces tienen la impresión de que hablan lenguajes diferentes. Tal vez el mayordomo tenga razón. Tal vez intentar una mediación sea lo que necesitan
Y si lo intentasen… qué podría pasar?
Si lo intentasen obtendrían, a bote pronto, las siguientes ventajas:
-Podrían abordar su problema de forma confidencial.
-Podrían mantener su autonomía de decisión a lo largo de todo el proceso.
-Podrían tener un espacio seguro en el que un profesional les ayudaría a escucharse mejor
-Darían un excelente ejemplo a sus hijas y nietas al mostrarse personas capaces de resolver sus propios asuntos de forma civilizada
-Podrían atreverse a imaginar soluciones nuevas, con la ayuda de un profesional, diferentes a las aplicadas hasta el momento, que recojan mejor las necesidades profundas y los intereses concretos de cada una de las partes.
-Les saldría mucho más económico a corto y a largo plazo.
En definitiva, sirva este post para recordar las bondades de la mediación profesional y la infinidad de campos en los que se puede aplicar. Además es un proceso en el que participar es fácil. Basta con mostrar voluntariedad.
😉
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