1. Tú siempre tienes razón
Debes trabajar siempre a partir del siguiente axioma principal: tú no te equivocas nunca, son los demás los que no te entienden. ¿Los hechos? Pues los hechos son discutibles, sobre todo por ti. Y tus opiniones son hechos en sí mismos. Piensa que la gente empieza pensando diferente que tú y acaban ¡intentando convencerte! ¡A ti! ¡Con la de años que llevas sosteniendo las mismas conclusiones a las que llegaste hace tantísimo tiempo!. Nada, que no: el problema lo tienen los otros que no están preparados para tus verdades.
2. Tomate muuuuuy en serio a ti mismo
Todo lo que haces es importantísimo, cualquier otra urgencia palidece ante la gravedad de tus asuntos. Tú no estás para bromas. A ti no se te dicen o se te hacen según que cosas. Sí es necesario te enfadarás mucho en el caso que alguien se atreviere a cuestionar algunos de tus dogmas sacrosantos o poner en tela de juicio tus verdades reveladas.. Algunos libros de autoayuda podrían recordarte lo importante que eres, pero es que a ti no te hace ni falta. Con lo importante no se bromea y, ¿que existe más importante que tú?
3. Muestra tu más absoluto desinterés en el otro
Tonterías, la gente se preocupa por tonterías, hace tonterías, dice tonterías, opina tanto que se acaban opinando encima, se quejan sin motivo y sobretodo la gente es muy pesada. ¿Por qué tendría que importarte lo más mínimo lo que piense otro? Tu tiempo es oro, no en vano te pertenece a ti y tu eres cosa seria (vease punto 2) y resulta que hay personas que requieren tu atención, ja!, cómo si no tuvieses cosas mejores que hacer.
4. Sé inflexible
Pobre de ti que cambies de opinión o que cedas un ápice. No están en juego ni razones, ni intereses, ni problemas, ni zarandajas ¡estás en juego tú mismo! (véase punto 2 y punto 1). Tú eres así y así seguirás, nunca cambiarás, te lo dice la canción y es lo que se valora en los que ganan Gran Hermano año tras año. Tú eres así, como decía el anuncio, PORQUE TU LO VALES ¡Tú eres así y punto!
5. Sé muy sentencioso
Cuando digas algo, no basta con decirlo, no. Hay que soltarlo desde cien mil metros de altura, que cada frase tuya parezcan cien mil quilos de plomo cayendo a peso libre con la furia de mil cuñados empoderados en su momento álgido en las tertulias navideñas. Y punto. Que cada frase tuya se grabe a fuego en las mismísimas Tablas de la Ley, que las ganas de llevarte la contraria no lleguen ni a nacer, porque tú lo vales (véase punto 2 tantas veces como sea necesario). La aplicación correcta de este principio debería llevar aparejada la consecuencia de que al resto de interlocutores se les quitasen las ganas de hablar, empequeñecidos por la fuerza irresistible que te otorga LA VERDAD.
6. Quéjate como si no hubiera un mañana y juzga a calzón quitado
Todo es criticable si se mira con las gafas lo bastante sucias, todo es condenable, sobretodo comparado con cómo lo harías tú. Es perentorio valorar constantemente lo que hacen los demás (a ser posible con severidad). Ya está bien de relativismos, coñe. Juzga sin parar y si es posible sin pensar mucho, que se pierde tiempo y igual te arrepientes. Debes adoptar la actitud del eterno avinagrado. Se empieza comprendiendo y se acaba ayudando a una anciana a cruzar la calle. Saca la bestia legalista y moralista que llevas dentro, desátala, mira al mundo con ojos implacables y no dejes títere con cabeza.
7. Ni se te ocurra separar a las personas del problema. Recuerda que para ti, ¡las personas son el problema!
Qué si no se te suben a las barbas. Qué les das un dedo y se toman el brazo, a ver si tus «otros» se van a venir arriba, que no hombre que no, empequeñece, minimiza, desvaloriza, haz el vacío, corta cuando hablen y sobretodo que, ni por un instante, se piensen que estás a un siglo luz de comprenderlos ni de interesarte por absolutamente nada de lo que digan. El problema siempre es el mismo: tú tienes razón, tu verdad es la verdad y el problema son los otros.
Resumiendo y epilogando
No sonrías, recuérdales constantemente que están equivocados, no te permitas bajo ninguna circunstancia ver las cosas desde el punto de vista del otro, antes de elogiar te tragas la lengua, tómate todo tan a pecho que sientan pánico de opinar y, si es posible, peínate con la raya en el medio.
😉 😉 😉
Siempre superando al anterior escrito !!!
Genial, nos ha de servir de espejo, casi la propuesta es de leerlo a diario cada mañanacon el primer café antes de salir de casa como primer ejercicio para si no nos hemos convertido todavia, nos sirva de medicina alternativa preventiva !!!
Muchas gracias siempre por vuestra ayuda en la coeducación !!!